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Hiperactividad en adolescentes, rebeldía e impulsividad

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Registrado: 02 Feb 2010

Hiperactividad en adolescentes, rebeldía e impulsividad

Nota 06 Feb 2010

Aunque se estima que entre 5 y 10% de la población menor a 20 años padece transtorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), muchos jóvenes viven sin atención médica porque sus padres confunden su conducta con la "rebeldía e impulsividad" propias de su edad. Entérese y evite errores.

Se sabe que el TDAH se manifiesta a través de tres síntomas característicos: gran distracción, tremenda impulsividad y actividad exagerada, y antes se le conocía como hiperactividad o hiperquinesia.

Sin embargo, todavía no se han determinado causas precisas que expliquen su origen, aunque se cree que hay elementos que pueden intervenir para desencadenar su aparición, como factores hereditarios, alteraciones del sistema nervioso central, baja producción de sustancias empleadas en la comunicación neuronal, problemas de la glándula tiroides, altos niveles de plomo en sangre, estrés de la madre durante el embarazo o consumo excesivo de alimentos con saborizantes, conservadores o colorantes artificiales.

De acuerdo con estimaciones, la hiperactividad en se presenta más en varones que en mujeres (en proporción de 4 a 1), y aunque por lo general se diagnostica durante la infancia, no es un trastorno exclusivo de esta edad, ya que se prolonga hasta la adolescencia y etapas posteriores, detectándose hasta muchos años después y dando así una explicación a la "conducta irrefrenable" que se observa en ocasiones desde la infancia de algunos adolescentes.

Es verdad. Hay numerosos casos de jóvenes que sufren TDAH pero que nunca les ha sido diagnosticado; son víctimas de constantes reproches y experimentan por ello profundo malestar, ya que les cuesta mucho hacer las cosas como otros chicos y dan continuos disgustos a su familia. Se sienten como auténtica calamidad y, aunque lo intentan, no logran poner remedio a sus fracasos.

Además, la falta de atención a este trastorno de la conducta puede originar problemas todavía más severos: niños y jóvenes hiperactivos tienen la cualidad de ignorar la autoridad sin poder controlar su impulsividad, y si los padres intentan "corregirlos" con regaños o chantajes sólo obtendrán resultados contraproducentes, pues aunque el chico tenga el deseo de cambiar, la imposibilidad de modificar su conducta tiene como consecuencia baja autoestima y frustración.

¿Cómo detectarlo? Existen diferentes síntomas que ayudan a descubrir la existencia de esta alteración conductual, la cual ocasiona disfunción o inadaptabilidad de la persona en por lo menos dos campos de la vida cotidiana: casa, escuela o trabajo. Además, se ha observado que hay dos tipos esénciales de TDAH, uno en que sobresalen impulsividad y actividad exagerada (más frecuente en hombres de edad escolar) y otro donde la falta de atención es predominante (común entre chicas adolescentes).

Las personas con TDAH en donde predomina la hiperactividad se caracterizan por los siguientes síntomas:

Hablan más de la cuenta y "se andan por las ramas". Nunca encuentran el tiempo para realizar sus trabajos y siempre los hacen en el último momento. Les cuesta jerarquizar y programar qué tienen que hacer. Se les dificulta controlar el paso de la horas; piensan que tienen tiempo de sobra para todo hasta que descubren que "ya es demasiado tarde". Es difícil para ellos planificar actividades con anticipación, y se dejan llevar fácilmente por los impulsos del momento. Les cuesta entender; olvidan y discuten con mucha facilidad las reglas que les son impuestas. A menudo se sienten inquietos y necesitan realizar alguna actividad: mover los pies, columpiarse en las sillas, jugar con alguna cosa con las manos o seguir el ritmo de la música que oyen. Les cuesta controlarse y, a menudo, se comportan en forma impulsiva, por lo que suelen decir cosas de las que luego se arrepienten. Se meten fácilmente en líos o son blanco sencillo de las acusaciones cuando los líos se producen cerca de ellos. Tienen cambios bruscos de humor. En cambio, los jóvenes con TDAH en donde hay mayor dificultad en la concentración tienen las siguientes características:

Les cuesta seleccionar la información más importante. Tienen dificultades para mantener la atención en sus clases, y no pueden evitar pensar en otras cosas. Se sienten inseguros porque a menudo tienen sensación de estar olvidando alguna cosa importante: la entrega de trabajos, fecha de un examen, cita con alguien u otros. Son conocidos por sus despistes. Cuando lo que están haciendo no les atrae, se distraen con increíble facilidad. Ante todo, las padres deben comprender que este padecimiento conductual no debe su origen a fallas en la educación que han impartido, y en cambio deberán tomar conciencia de que el problema debe ser atendido por un especialista (psiquiatra). Además, ayudarán a su hijo a comprender que el TDAH requiere especial atención, ya que puede causarle problemas en su rendimiento escolar, sentimiento de inferioridad si se compara continuamente con los otros compañeros de su edad y hacerle perder el control de algunas situaciones, llevándole a decir cosas o realizar actos violentos con consecuencia perjudiciales.

Tratamiento Se ha comprobado que el mejor tratamiento para atender este padecimiento es el que combina fármacos y terapia conductual. Los medicamentos aumentan la actividad cerebral, la cual es menor en pacientes con TDAH; gracias a esta acción se reduce impulsividad, hiperactividad y actitudes agresivas que pudieran surgir por la falta de autocontrol.

La reacción al tratamiento varía de acuerdo con el joven, por lo que es importante que el trabajo y la comunicación con el psiquiatra sean muy cercanos; es posible que se generen efectos secundarios como disminución de peso, falta de apetito y problemas para dormir, que se erradican sólo con ajustar la dosis.

En cuanto a la psicoterapia, se ha demostrado la eficacia de estrategias en las que se premian los cambios positivos de comportamiento y se explica claramente la situación de una persona hiperactiva; también se han encontrado buenos resultados a través del uso de técnicas de retroalimentación biológica (biofeedback). Además es importante que los familiares, maestros o jefes sean pacientes y comprensivos.

Las siguientes son algunas de las medidas aconsejadas para que las personas cercanas ayuden a un adolescente con TDAH:

Animarle a que se marque objetivos concretos y cortos. Felicitarle cuando concluya exitosamente sus labores. Enseñarle a pensar por sí solo y tranquilamente en las consecuencias de sus actos, sobre todo cuando dude. Insistir, sin agobiarle, en que utilice una agenda. Ayudarle a comprender que las observaciones constructivas no tienen la intención de provocar una pelea. Evitar que se desespere cuando alguna cosa no le salga bien; es mejor animarle a volver a intentarlo y pedir ayuda. Inculcarle el hábito de estructurar sus actividades diarias mediante una rutina. Contribuir a que disponga de un horario de estudio y dedicar 10 minutos diarios a organizar sus apuntes y tareas diarias. Crear un lugar conveniente para estudiar o hacer tareas. Apoyarle y animarle a que se acepte tal como es. Por último, el adolescente con transtorno por déficit de atención e hiperactividad debe comprender que su padecimiento le ocasiona mayor dificultad para alcanzar ciertos objetivos y llevar una vida social armoniosa, pero también que la perseverancia será la mejor aliada para acceder a su potencial creativo e imaginativo, al cual le podrá sacar mucho provecho.

La adolescencia

Invitado

Nota 27 Jun 2011

Hola:
Soy madre de un adolescente con TDAH, opino que el mejor tratamiento es el multidisciplinar y siendo constantes, por eso ADAHF propone llevar a cabo talleres para estos menores.
Un saludo

hunilu

Nota 25 Ago 2011

Estoy un poco perdida y no sé bien por donde tirar. Yo sospecho que mi hijo es hiperactivo, aunque ahora tiene 18 años, y no me siento apoyada por mi marido. El cree que el niño es un maleducado, pero yo se que hay algo más.

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