El celo en los niños

Se dice que los celos funcionales o de beneficios son los que vemos con más frecuencia en los niños. Empiezan a mostrarlos con objeto de conseguir atención, afecto y otros beneficios. Son "inconscientes", porque los niños no se dan cuenta del proceso.

Debemos tener mucho cuidado, con esta situación y es importante no dar falsos pasos. Como ejemplo, ponemos la situación en la que un hijo llora porque se le ha comprado determinado juguete a su hermano. Si para acallarlo le compramos otro igual, estamos premiando sus celos. Es decir, no hacemos lo correcto. Aprenderá el sistema de consecución de un regalo. Y, no duden, lo utilizará cuantas veces crea que va a conseguir un buen resultado.

Otras veces protestará porque a su hermano le han puesto más o menos comida que a él. Si caemos en la trampa de medir ambas porciones, estamos premiando su actitud.

Poco a poco aprenderán que "mostrarse celoso" le produce beneficios. Son más frecuente los celos de los mayores hacia los pequeños; pero no siempre es así. Si son varios hermanos, los demás seguirán esta actitud cuando vean que también ellos pueden conseguir privilegios.

Otra forma, es aquella en la que el más pequeño aprecia que ser el "consentido" le permite mejoras con respecto a sus hermanos. Es una forma más de celos.

CELOS AGRESIVOS
A veces, manifiesta conductas agresivas contra su / sus hermano / s. Pueden verse claramente o bien estar enmascaradas en determinadas acciones. Disimulan más su expresión cuanto más perseguidos son los celos por los padres y sobre todo si los castigan.

Todo tipo de celos es difícil de evitar, pero hay que luchar contra ellos desde el principio, y no decirnos que son inofensivos. Nunca sabemos a donde pueden llegar.

Los celos como los miedos, forman parte del desarrollo normal del niño y generalmente son superados con el tiempo.

Los celos lógicamente aparecen con la llegada de un hermanito. El primogénito suele temer que los padres no lo quieran mas, que lo rechacen o abandonen. Porque es grande y no lo amaran tanto como cuando era un bebé. Estos temores lo impulsan a ciertos cambios de conducta como son el hacerse el chiquito o el grande, ponerse agresivo, caprichoso o tomar otras actitudes.

Son momentos en que necesita especial atención y cariño , confirmando que sigue siendo querido y que además hay un nuevo miembro en la familia que también lo va a querer y necesitar.

Recuerde que con la llegada de un hermanito es normal que su o sus hermanos se vuelvan agresivos y / o regresivos. Esta regresión, en la mayoría de los niños no reviste gravedad si el niño es normal; pronto querrá volver a su edad nuevamente.

¿Qué debemos hacer? Hable con ellos , demuéstreles afecto y protección. Siempre en el contexto del amor, hágalos participes del cuidado del nuevo integrante de la familia y también porque no, malcríelos un poquito (no mucho), para que no se sientan desplazados. Este problema de los celos, llamado comúnmente "COMPLEJO DE CAÍN", usualmente revertirá en poco tiempo ya que el niño querrá volver a ser grande para disfrutar las ventajas de ser mayor, siempre y cuando ambos padres estén conscientes de que él también tiene necesidades de amor y caricias.

Lo que hay que tener como premisa principal es: "NO PREMIAR LOS CELOS ".
No tratar de igualar a todos los hijos en toda ocasión. De esta manera iremos superando sus celos. En forma pausada, pero con garantías suficientes.
No aparte a su niño mayor bruscamente cuando atienda al otro niño y recuerde: Ante la duda, se impone la consulta con el Pediatra y / o con el Psicólogo Infantil.