VIH introducción

En la Argentina, la Ley Nacional de SIDA (Ley Nro. 23.798 - año 1990) indica que el Ministerio de Salud de la Nación registre a las personas enfermas.

Para ello, la ley establece la obligatoriedad para médicos e instituciones de salud pública y/o privadas de enviar en un formulario especial la notificación de enfermos (portadores del virus) dentro de las 48 hs. de la confirmación del diagnóstico, así como el fallecimiento de algún enfermo y las causas de su deceso.

A pesar de esto, se observa un gran retraso en la información al particular, la cual llega hasta con dos o más años posteriores a dicho diagnóstico. En la actualidad, las autoridades están abocadas a adoptar medidas concretas que corrijan esta situación.

En el año 1982 se registro el primer caso en nuestro país, a partir de allí el registro se lleva en el Ministerio de Salud.

El número oficial de enfermos contabilizada desde 1982 hasta mayo de 2000 es de 17.142, de los cuales 12.732 corresponden a hombres, 3.074 a mujeres y 1.214 a niños menores de 15 años.
Fuente: LUSIDA

El VIH se transmite por distintas vías, la más frecuente es la sexual. En los hombres, el riesgo por esta vía de contagio comprende las relaciones homosexuales, las cuales se denominan HSH (hombres que tienen sexo con otros hombres) y las relaciones con mujeres (heterosexuales), cuando ambas no son protegidas con el uso del preservativo.
La transmisión sanguínea incluye las transfusiones de sangre (infectada) y en gran porcentaje debido al consumo de drogas por vía intravenosa (UDI).


La infección por VIH es:

Toda condición sintomática o no, en la que un individuo susceptible ha entrado en contacto con el VIH y como resultado el virus ha penetrado en su organismo, colonizando su tejido linfocitario y/u otros tejidos, especialmente el Sistema Nervioso Central.

Los consultantes a Centros de Detección Voluntaria conforman una población particular; la mayor parte de estas personas, que acuden por voluntad propia sospecha que ha pasado por situaciones de riesgo (usuarios de drogas, sexo promiscuo, etc.), por lo tanto la frecuencia de infección es mayor que en la población general.

Con el objeto de analizar la evolución del VIH en Argentina, se han registrado datos durante períodos de tiempo - entre 1982 y 1998 - bianuales.
A pesar de la demora en la información, se pudo determinar que entre 1991 y 1994 se registró una tasa de crecimiento de la epidemia en las mujeres del 400% y que durante el bienio 97-98 esto se ha acrecentado aún más.

Los niños representan un 7% del total de los enfermos (uno de los porcentajes más altos de América), habiendo tenido un crecimiento del 500% desde 1982 a 1998.

Es importante mencionar que la relación entre ambos sexos, en cuanto al análisis de situación de la epidemia, indica que en los primeros años de la misma se registraron 13 hombres enfermos de SIDA por cada mujer, cifra que en la actualidad ha disminuido a 3 hombres por cada mujer infectada. Esto nos muestra un ingreso creciente y alarmante de la mujer como población vulnerable frente al VIH; indicando además, que la tasa de crecimiento en los varones fue negativa en casi un 20%.

Con respecto a la edad de los portadores, la mayor parte tiene entre 25 y 34 años.

Asimismo, y debido al adecuado control de la sangre (usada para realizar transfusiones), la infección por esta vía es muy baja, no así por el consumo de drogas intravenosas. Ha disminuido también el contagio HSH que era del 58% (1982-1990) a menos de la mitad (1997-1998), produciéndose un importante aumento en cuanto a la transmisión heterosexual (del 5% al 26%) y entre los usuarios de drogas (1982-1990); decreciendo paulatinamente, en esta última población, durante la finalización del bienio 1997-1998.
Por el contrario, ha crecido la proporción de enfermos en los cuales no se notifica la vía de transmisión, esto indica un deterioro en la calidad de información suministrada.

Asimismo, el nivel de instrucción en general es más bajo en las mujeres, observándose una disminución de la escolaridad en ambos sexos. Los análisis indican que ha aumentado la proporción de enfermos con instrucción primaria incompleta. Por este motivo se estima que el VIH está afectando más a las personas pobres y con menos recursos, evidenciando que existe un riesgo menor en los sectores con acceso a una educación adecuada y con mejor nivel de ingresos.

Resulta importante diferenciar a la persona infectada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana de la persona enferma de SIDA.

El SIDA representa el estadio clínico más avanzado de la infección por el VIH, afectando el sistema inmunológico y condicionando, además, la aparición de infecciones oportunistas, neoplasias inmunodependientes y otras entidades patológicas como la encefalopatía y el síndrome caquéctico. Se han denominado a éstas como enfermedades indicativas o marcadoras, y son las que caracterizan y definen al SIDA.

Desde 1996 se utilizan tratamientos antirretrovirales de alta eficacia para el SIDA, el diagnóstico y el tratamiento precoz de las personas infectadas por el VIH no enfermas. Esto aportó cambios importantes con relación a la epidemia, lográndose mejorar la calidad de vida, prolongándola de manera muy evidente no sólo entre los enfermos, sino también entre los portadores del virus.

En Argentina, el Ministerio de Salud a través del Banco Mundial, (Proyecto LUSIDA), inició el establecimiento de "sitios centinela", sistema que recoge información sobre personas infectadas por VIH en los bancos de sangre, consultantes de servicios de enfermedades de transmisión sexual (ETS), mujeres embarazadas que concurren a la consulta prenatal, presos, ingresantes a las fuerzas armadas, consultantes de laboratorio general y de centros de detección confidenciales y voluntarios.