Infección varía según técnica de circuncisión empleada
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- Claudio
Infección varía según técnica de circuncisión empleada
19 Mar 2010
Los lactantes circuncidados por un médico podrían ser menos susceptibles a las infecciones de las vías urinarias (IVU) que aquellos circuncidados durante una ceremonia tradicional judía, según un estudio realizado en Israel.
Los lactantes circuncidados por un mohel, una persona que no es un médico pero está entrenada para realizar la circuncisión tradicional judía, fueron más de cuatro veces más propensos a desarrollar una infección comparado con sus iguales cuya circuncisión fue realizada por un médico, informó la Dra. Liora Harel, del Centro Médico Infantil de Israel Schneider, en Tel Aviv.
Sus hallazgos sugieren que la técnica usada por los moheles podría poner en riesgo a los niños. Tradicionalmente, un mohel cubre el cuerpo del pene con una gasa estéril durante varias horas después de la intervención, a menudo durante la noche, y la retira durante una visita de seguimiento. No se usa presión manual para detener la hemorragia.
Los médicos, por otra parte, usan, por lo general, una pinza para detener la hemorragia mientras cortan el prepucio, y no aplican ninguna crema ni vendaje.
Los resultados del estudio, publicados recientemente, indican que la presión de la gasa puede afectar el flujo de orina de tal forma que aumenta el riesgo de IVU.
"Especulamos que el cambio en la técnica o el acortamiento de la duración del vendaje del cuerpo del pene podría disminuir el índice de IVU después del ritual judío de la circuncisión", escribieron Harel y los coautores.
En general, se ha mostrado que la circuncisión disminuye el riesgo de IVU entre los lactantes y niños pequeños varones.
El grupo de estudio incluyó a 55 lactantes judíos de 9 a 30 días hospitalizados a consecuencia de una IVU. La mayoría de los lactantes tenían fiebre y algunos habían experimentado trastornos de nutrición o falta de peso. Los lactantes habían sido circuncidados en el octavo día después del nacimiento, según la práctica tradicional judía.
Los investigadores realizaron entrevistas telefónicas con los padres de los bebés en la población general para comparar a los lactantes con infecciones con aquellos que no habían desarrollado infecciones después de la circuncisión.
FUENTE: The Pediatric Infectious Disease Journal 2002
Los lactantes circuncidados por un mohel, una persona que no es un médico pero está entrenada para realizar la circuncisión tradicional judía, fueron más de cuatro veces más propensos a desarrollar una infección comparado con sus iguales cuya circuncisión fue realizada por un médico, informó la Dra. Liora Harel, del Centro Médico Infantil de Israel Schneider, en Tel Aviv.
Sus hallazgos sugieren que la técnica usada por los moheles podría poner en riesgo a los niños. Tradicionalmente, un mohel cubre el cuerpo del pene con una gasa estéril durante varias horas después de la intervención, a menudo durante la noche, y la retira durante una visita de seguimiento. No se usa presión manual para detener la hemorragia.
Los médicos, por otra parte, usan, por lo general, una pinza para detener la hemorragia mientras cortan el prepucio, y no aplican ninguna crema ni vendaje.
Los resultados del estudio, publicados recientemente, indican que la presión de la gasa puede afectar el flujo de orina de tal forma que aumenta el riesgo de IVU.
"Especulamos que el cambio en la técnica o el acortamiento de la duración del vendaje del cuerpo del pene podría disminuir el índice de IVU después del ritual judío de la circuncisión", escribieron Harel y los coautores.
En general, se ha mostrado que la circuncisión disminuye el riesgo de IVU entre los lactantes y niños pequeños varones.
El grupo de estudio incluyó a 55 lactantes judíos de 9 a 30 días hospitalizados a consecuencia de una IVU. La mayoría de los lactantes tenían fiebre y algunos habían experimentado trastornos de nutrición o falta de peso. Los lactantes habían sido circuncidados en el octavo día después del nacimiento, según la práctica tradicional judía.
Los investigadores realizaron entrevistas telefónicas con los padres de los bebés en la población general para comparar a los lactantes con infecciones con aquellos que no habían desarrollado infecciones después de la circuncisión.
FUENTE: The Pediatric Infectious Disease Journal 2002
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