Niños frente a la televisión

Niños frente a la televisión es común ver esta escena a diario, el pequeño que regresa de la escuela, entra a la casa, no saluda a nadie, arroja la mochila al suelo y enciende el primer televisor que encuentra. Se instala frente a la pantalla y cuando dan comerciales -si es que no le gustan- recién se da tiempo para dar un beso a mamá, cambiarse de ropa y comer algo.

Según diversos estudios, el compañero favorito de los niños durante su tiempo libre no es su hermano, el vecino ni la pelota de fútbol, sino la televisón. Dibujos animados, telenovelas, películas, programas infantiles, videos musicales y eventos deportivos diariamente conforman su menú favorito; y el control remoto, a modo de cubierto, es manipulado con soltura y destreza, seguramente con mayor habilidad que aquellos adultos que no terminan de entender las funciones de cada botón.

Es recurrente la discusión respecto de cómo manejar la relación niño-TV. Algunos la estiman nociva; otros, enriquecedora, dependiendo de los contenidos, pero todos concuerdan en que cada vez el consumo de televisión, y de tecnología audiovisual en general, se hace más potente.

Crítica infantil

Según un estudio de la Academia Norteamericana de Pediatría (AAP) los niños de este continente ven un mínimo de dos horas diarias de televisión, pudiendo incrementarse notablemente el promedio en países como Estados Unidos, donde la cifra llega casi a tres horas. Esto equivale, prácticamente, a más de la mitad de su tiempo libre, considerando las horas de escuela, tareas y sueño.

El problema es que esta exposición a la TV genera algunos problemas para los menores. Y hasta los propios niños se dan cuenta.

Según un estudio desarrollado conjuntamente entre el Departamento de Sicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Consejo Nacional de Televisión de este mismo país, ambos con sede en Santiago, el 81% de un total de mil 700 niños de entre cinco y diez años encuestados, confesó haber sentido miedo al ver televisión. El 85% dijo haber experimentado pena y el 62% rabia.

Pese a lo que se podría pensar, no son las películas de terror ni las de ciencia ficción las que provocan el grueso de estas reacciones. "En el estudio encontramos que los programas que provocan mayor impacto emocional en los niños son las noticias", contó la sicóloga y doctora en Sicología Educacional de la Escuela de Sicología de la Universidad Católica de Chile, Violeta Arancibia.

Llama la atención la postura autocrítica de los menores. Según el libro "Cinco Estudios sobre Violencia y Televisión", publicado por el Consejo Nacional de Televisión de Chile, el 85% de los niños considera que los programas de televisión son cada vez más violentos y el 78% se manifiesta preocupado por esa violencia.

Los programas que aparentemente más influyen en el comportamiento de los menores son las telenovelas.

Según la sicóloga Arancibia, "las teleseries las ven casi todos los niños. De hecho nosotros entrevistamos personalmente a 1700 niños y el 100% las veía. Por lo tanto, es un hecho que hay que considerar. Las conversaciones de los niños en las escuelas y colegios mayoritariamente son en relación con las teleseries, de modo que se están convirtiendo en un poderoso medio de 'culturización' de nuestra población infantil. La pregunta de fondo es ¿es esa la cultura que queremos para los jóvenes?".

Pesadillas y obesidad

Los trastornos más importantes que provoca la televisión en los niños son:

Problemas de sueño
Miedo
Reacciones violentas y agresivas, resultado de la imitación de lo que aparece en la televisión
Desconcentración
Ansiedad
Obesidad
Pese a que las mencionadas no son patologías severas, sí pueden desembocar en problemas más serios en el caso que influyan en el proceso de inserción social.

La Academia Norteamericana de Pediatría llamó directamente a los padres a impedir que los menores de dos años vean televisión. Según especialistas de la organización, esta práctica les podría generar disfunciones cognitivas. Recomiendan, por el contrario, estimular a los pequeños con puzzles, lectura de cuentos y música.

Claramente la mayor dificultad inmediata que genera la excesiva exposición de los menores son los trastornos del sueño.

Según otra investigación de la Academia Norteamericana de Pediatría, esta actitud genera problemas para conciliar el sueño, sonambulismo y pesadillas. Los peores casos se dan en los niños que ven televisión justo antes de ir a la cama, o que se quedan dormidos con el aparato encendido.

La doctora Ibcia Santibáñez, neuróloga del Programa de Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y a cargo del Laboratorio de Estudios del Sueño Humano, en Santiago, dijo que "la influencia más poderosa de la televisión sobre la mente humana en el sueño corresponde a la última programación vista antes de dormir. Según estudios realizados en Estados Unidos, la TV trabaja fuertemente en el subconsciente y desemboca generalmente en sueños, que pueden ser pesadillas dependiendo del contenido del programa".

Esta influencia podría ser perfectamente cuantificable si todos fuésemos buenos recordadores de sueños, pero esta condición la tiene sólo un pequeño porcentaje de la población.

la televisión te atonta, yo igual la miro pero trato de moderar el tiempo que paso frente a la tv

pienso que se puede evitar que los niños esten pegados al televisor si existe la comunicacion,el invitarlos a platicar,llevar acabo juegos recreativos,inventar junto con ellos actividades que atraigan su atencion,de esta forma olvidan que tienen que ver el televisor y que hay mas formas de aprovechar su tiempo libre,no hay que darse por vencidos ellos entenderan que es lo mejor para ellos.

En el blog https://ipsicologo.blogspot.com hay un articulo muy bueno en relacion a este tema

Muchos padres ven al televisor (ahora el ordenador) como una niñera. Creo que el niño puede ver televisión, con los controles y supervisión debida. De esta forma no se convertirá en un mal hábito, aunado al hecho de realizar actividades familiares -un juego de mesa es buena terapia de integración- que fomenten la comunicación e integración familiar. Un saludo.