Para fumadores pasivos
Drogadicción, tabaquismo, alcoholismo
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- Arsenio
Para fumadores pasivos
24 May 2010
LAS CASTAÑAS EN EL FUEGO
Nadie nos sacará nuestras castañas del fuego, me refiero al 68% de ciudadanos normales, no adictos a la nicotina. Considero una deformación mal intencionada que me etiqueten en la variedad “no fumador”, yo simplemente, soy “normal”.
Debemos manifestar nuestra existencia, hacernos sentir y ver. Con su permiso, le indico actitudes que no ofenden a nadie, fáciles de poner en práctica. Son una protesta contra la invasión a mi derecho a respirar aire libre de tabaco.
1.- No aceptar la denominación “No fumador”. Si alguien es adicto a la nicotina y fuma tabaco, se le llama “fumador”. Yo soy “normal”. La denominación “no fumador” lleva una connotación como de “disidente” de “tránsfuga” de la industria de la nicotina. Es lo que yo siento.
2.- No utilizar el nombre de cigarrillo, pitillo. Simplemente es un dosificador de nicotina. Un dosificador es, mas o menos, una dosis. Hay adictos que utilizan dos y tres dosificadores encendiendo uno detrás de otro.
3.- En restaurantes, pedir siempre “zona libre de humo de tabaco” o “sin fumadores”. Si tienen, comprenderán que hay demanda de estas mesas. Si no tienen, comente que solo hay un 32% de fumadores y no es justo.
4.- En hoteles, preguntar por habitaciones libres de olor a tabaco (cada día hay más hoteles con esta oferta). En caso de tener este servicio, comente lo desagradable que es dormir con una almohada, colchón y cortinas apestando a tabaco y que así será su recuerdo del hotel.
5.- En restaurantes, bares, salones, donde hay un colillero (no llamarlo cenicero, que más me recuerda el recipiente que antiguamente contenía ceniza para secar la tinta), pedir que lo retiren. En algunos casos el camarero no quiere retirar la apetitosa decoración de la mesa. No discuta, póngalo boca abajo. Hay colilleros con marcas de tabaco, cúbralo con servilletas.
6.- En aeropuertos y tiendas libres de impuestos, muy a menudo las cestas
para transportar las compras llevan publicidad de tabaco.
6.1.- Pregunte y pida una bolsa a la cajera. Indique que a Ud. no la pagan para hacer publicidad del tabaco ni desea hacerlo.
6.2.- Posiblemente la bolsa lleva publicidad de tabaco. Muy sencillo, dé la vuelta a la bolsa, de forma que la publicidad quede por dentro. Observe lo antiestético que resulta.
6.3.- Lleve sus compras en la mano desde las estanterías a la caja. Todo será más efectivo si explica el por qué de su acción.
7.- Cuando un fumador le ponga en el aprieto de ser amable y, sin escrúpulos, le pregunte: ¿Le molesta si fumo?. Devuélvale la pelota, y con naturalidad, contéstele: “Yo no fumo”. Que sea el fumador quien manifieste su nivel de educación.
8.- No saque un colillero. En una ocasión, sin darme cuenta, un fumador empezó a dosificarse, con toda naturalidad, le entregué un bote de conservas vacío con agua. Se lo puse en la mano. Apago el dosificador y no volvió a dosificarse durante la cena y el tiempo que estuvo en casa.
9.- A veces, me preguntan si pueden dosificarse en el balcón o la terraza. Les entrego el bote y les indico que cierren la puerta. No ha salido nadie.
10.- En reformas que he hecho en casa he exigido obreros normales. No he aceptado fumadores que abandonarían el trabajo cada hora u hora y media para dosificarse. Si te facturan por horas, es como si el IVA se multiplicase por dos. La ausencia del trabajo está calculado en los presupuestos.
11.- Los taxis, en algunas ciudades, llevan publicidad de tabaco en el techo o puertas. Cuando pida UD. un taxi, especifique que sea sin publicidad de tabaco. Hay taxis que no la llevan. Son cientos de taxis que reciben el mensaje y en cada vehículo hay entre una y cuatro personas… Contra-publicidad barata.
12.- En reuniones de negocios indique que cada 90 minutos se haga un descanso para que los adictos puedan abandonar la reunión para dosificarse. Con esto indicará que no se permite fumar en la reunión. Podrá observar que muchos directores no aceptan estas pérdidas de tiempo y al menos en mi caso las reuniones siempre han sido libres de humo de tabaco. No son solo los 20 minutos de la dosis sino que el ritmo de trabajo se interrumpe. Observe que un adicto que no se dosifica en cuatro horas pierde el control a menudo.
13.- Desde aquí, visitante, reservado para tus ideas, experiencias y trucos para defendernos del pestilente humo de tabaco.
Nadie nos sacará nuestras castañas del fuego, me refiero al 68% de ciudadanos normales, no adictos a la nicotina. Considero una deformación mal intencionada que me etiqueten en la variedad “no fumador”, yo simplemente, soy “normal”.
Debemos manifestar nuestra existencia, hacernos sentir y ver. Con su permiso, le indico actitudes que no ofenden a nadie, fáciles de poner en práctica. Son una protesta contra la invasión a mi derecho a respirar aire libre de tabaco.
1.- No aceptar la denominación “No fumador”. Si alguien es adicto a la nicotina y fuma tabaco, se le llama “fumador”. Yo soy “normal”. La denominación “no fumador” lleva una connotación como de “disidente” de “tránsfuga” de la industria de la nicotina. Es lo que yo siento.
2.- No utilizar el nombre de cigarrillo, pitillo. Simplemente es un dosificador de nicotina. Un dosificador es, mas o menos, una dosis. Hay adictos que utilizan dos y tres dosificadores encendiendo uno detrás de otro.
3.- En restaurantes, pedir siempre “zona libre de humo de tabaco” o “sin fumadores”. Si tienen, comprenderán que hay demanda de estas mesas. Si no tienen, comente que solo hay un 32% de fumadores y no es justo.
4.- En hoteles, preguntar por habitaciones libres de olor a tabaco (cada día hay más hoteles con esta oferta). En caso de tener este servicio, comente lo desagradable que es dormir con una almohada, colchón y cortinas apestando a tabaco y que así será su recuerdo del hotel.
5.- En restaurantes, bares, salones, donde hay un colillero (no llamarlo cenicero, que más me recuerda el recipiente que antiguamente contenía ceniza para secar la tinta), pedir que lo retiren. En algunos casos el camarero no quiere retirar la apetitosa decoración de la mesa. No discuta, póngalo boca abajo. Hay colilleros con marcas de tabaco, cúbralo con servilletas.
6.- En aeropuertos y tiendas libres de impuestos, muy a menudo las cestas
para transportar las compras llevan publicidad de tabaco.
6.1.- Pregunte y pida una bolsa a la cajera. Indique que a Ud. no la pagan para hacer publicidad del tabaco ni desea hacerlo.
6.2.- Posiblemente la bolsa lleva publicidad de tabaco. Muy sencillo, dé la vuelta a la bolsa, de forma que la publicidad quede por dentro. Observe lo antiestético que resulta.
6.3.- Lleve sus compras en la mano desde las estanterías a la caja. Todo será más efectivo si explica el por qué de su acción.
7.- Cuando un fumador le ponga en el aprieto de ser amable y, sin escrúpulos, le pregunte: ¿Le molesta si fumo?. Devuélvale la pelota, y con naturalidad, contéstele: “Yo no fumo”. Que sea el fumador quien manifieste su nivel de educación.
8.- No saque un colillero. En una ocasión, sin darme cuenta, un fumador empezó a dosificarse, con toda naturalidad, le entregué un bote de conservas vacío con agua. Se lo puse en la mano. Apago el dosificador y no volvió a dosificarse durante la cena y el tiempo que estuvo en casa.
9.- A veces, me preguntan si pueden dosificarse en el balcón o la terraza. Les entrego el bote y les indico que cierren la puerta. No ha salido nadie.
10.- En reformas que he hecho en casa he exigido obreros normales. No he aceptado fumadores que abandonarían el trabajo cada hora u hora y media para dosificarse. Si te facturan por horas, es como si el IVA se multiplicase por dos. La ausencia del trabajo está calculado en los presupuestos.
11.- Los taxis, en algunas ciudades, llevan publicidad de tabaco en el techo o puertas. Cuando pida UD. un taxi, especifique que sea sin publicidad de tabaco. Hay taxis que no la llevan. Son cientos de taxis que reciben el mensaje y en cada vehículo hay entre una y cuatro personas… Contra-publicidad barata.
12.- En reuniones de negocios indique que cada 90 minutos se haga un descanso para que los adictos puedan abandonar la reunión para dosificarse. Con esto indicará que no se permite fumar en la reunión. Podrá observar que muchos directores no aceptan estas pérdidas de tiempo y al menos en mi caso las reuniones siempre han sido libres de humo de tabaco. No son solo los 20 minutos de la dosis sino que el ritmo de trabajo se interrumpe. Observe que un adicto que no se dosifica en cuatro horas pierde el control a menudo.
13.- Desde aquí, visitante, reservado para tus ideas, experiencias y trucos para defendernos del pestilente humo de tabaco.
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