Aumenta la incidencia del cáncer del tercio superior del estómago

La incidencia de cáncer gástrico está disminuyendo en todo el mundo. Sin embargo, se prevé un repunte debido a un incremento muy significativo de los casos de neoplasias del tercio superior del estómago. Así lo han explicado Enrique Aranda, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, y Andrés Cervantes, jefe de sección del Hospital Clínico de Valencia, en el VIII Congreso Mundial de Cáncer Gastrointestinal, que se ha celebrado en Barcelona.

Bajo la denominación de cáncer gástrico se incluyen dos entidades distintas: el cáncer de cuerpo y antro gástrico, en la parte final del estómago, y el cáncer de cardias, que afecta al tercio superior. El primer tipo ha disminuido por el cambio de hábitos en la conservación de alimentos: la salazón, que comporta una gran cantidad de nitritos en la dieta, se ha sustituido por la congelación. "Esto ha hecho que este tumor, que era la primera causa de mortalidad por cáncer a principios de siglo XX, se haya reducido notablemente", ha apuntado Cervantes.

No obstante, los expertos han detectado un incremento de la incidencia de cáncer en el tercio superior, especialmente en varones (1,6 hombres por cada mujer), jóvenes (a partir de 40 años) y con obesidad. "Se está acercando una epidemia de cáncer gástrico del tercio superior en los países desarrollados".

Aunque se desconoce la causa del aumento, se cree que los estilos de vida influyen. "Probablemente tiene que ver con la dieta y los hábitos. Las personas obesas sufren más reflujo gastroesofágico, lo que también podría favorecer la aparición del tumor", ha añadido Aranda.

Mal pronóstico

La prevalencia de la patología en España es de 20 casos por cada 100.000 habitantes y año. El cáncer gástrico es la segunda causa de mortalidad por neoplasias en todo el mundo: provoca 1,1 millones de muertes, sólo por detrás del de pulmón, con 1,2 millones. La ausencia de síntomas hace que, en el momento del diagnóstico, un tercio de los enfermos tengan metástasis, y el resto una lesión locorregional avanzada. La supervivencia media de los pacientes con metástasis no tratados es de cuatro meses.

Los expertos han mostrado su optimismo por los buenos resultados obtenidos con Taxotere -docetaxel-, que ha recibido su aprobación para el cáncer de estómago metastático en España. Según los datos aportados por Jaffer A Ajani, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, el abordaje convencional -la combinación de cisplatino y 5-fluorouracilo- "consigue una supervivencia a los dos años del 8,8 por ciento de los pacientes, mientras que si se añade Taxotere se llega al 18,4 por ciento".

Más pacientes tributarios de cirugía por la quimioterapia

El tratamiento quimioterápico permite ampliar el rango de pacientes con cáncer colorrectal y metástasis en el hígado tributarios de cirugía, según han explicado en el Congreso de Cáncer Gastrointestinal Robert Glynne-Jones, del Hospital Mount Vernon, en Londres (Reino Unido), y René Adam, del Hospital Paul Brousse, en Villejuif (Francia).

La metástasis hepática es una de las más frecuentes en enfermos con cáncer de colon. En estos casos, la resección de la región afectada es la mejor alternativa. No obstante, pocos pacientes se pueden beneficiar de la intervención. "La supervivencia a los cinco años en los enfermos sometidos a cirugía es de entre el 30 y el 40 por ciento, mientras que en aquéllos a los que no se puede aplicar la resección se reduce a entre el 1 y el 2 por ciento. El problema es que únicamente entre el 10 y el 20 por ciento de los enfermos reúnen las condiciones adecuadas para operarse", ha explicado Adam.

Tamaño del tumor

Según han detallado los expertos, el tratamiento quimioterápico retrasa la progresión del tumor e incluso reduce su volumen. "El tamaño del tumor es un criterio muy importante para decidir someter o no al paciente a cirugía. La quimioterapia reduce sus dimensiones, lo que permite llevar a cabo la resección hepática con éxito a pacientes en los que inicialmente estaba desaconsejada", ha añadido Glynne-Jones.

En un estudio con 2.047 enfermos, 1.512 (el 74 por ciento) fueron descartados para la cirugía. Sin embargo, después de ser tratados con quimioterapia más de 200 (el 14 por ciento) se pudieron incluir en el grupo tributario de la operación.

"Con este abordaje ofrecemos un posible aumento de supervivencia a un significativo grupo de pacientes", ha apuntado Adam.

Para mejorar la atención a estos enfermos, Adam y Glynne-Jones han insistido en la necesidad de que "diferentes especialistas, en concreto oncólogos y cirujanos, trabajen juntos".