Riesgos de postergar la maternidad

Hay quienes dicen que ser madre es el deseo de toda mujer. También es cierto que por obtener logros personales muchas relegan esa aspiración.

Cuando me reciba…cuando me case…cuando cambie de trabajo …Propio del ser humano es posponer las cosas realmente importantes de la vida.

Pero ocurre que si de ser madre se trata, la mujer tiene un tiempo determinado – marcado ni más ni menos que por la naturaleza- durante el cual llevar adelante su plan más deseado.

La postergación del tiempo de la maternidad “es un fenómeno que se da en todo el mundo”.





“La mujer posterga la maternidad para cumplir sus logros personales como estudiar o trabajar”, destacó Blanco, quien remarcó que a diferencia de los hombres (que producen espermatozoides durante toda su vida), “las mujeres nacemos con la cantidad de folículos y óvulos que vamos a usar a lo largo de nuestra vida fértil”.

En ese sentido, explicó que “a partir de los 35 años disminuye el potencial reproductivo de los óvulos; desde los 37 la fertilidad decae de manera más significativa”.

“Es importante lograr que la mujer tome conciencia y consulte periódicamente sus dosajes hormonales para ver cómo está su reserva ovárica”, aconsejó la profesional, quien además habló de la importancia de desterrar mitos: “Hay quienes creen que mientras la mujer menstrúe es fértil y es un error”.

Llega una edad en la que es difícil posibilitar un embarazo evolutivo; después de los 40 años aumenta la tasa de aborto espontáneo, según aseguró Blanco e insistió en que lo ideal es el control médico.

Así como una vez al año son aconsejados papanicolau, mamografía y ecografías mamarias y ginecológicas, la profesional remarcó que hacer dosajes de hormonas o marcadores de reserva ovárica es tan sencillo como realizarse una extracción de sangre el segundo o tercer día del ciclo.

“Las hormonas a tener en cuenta son FSH y estradiol, las dos que marcan la noción de cómo está la reserva ovárica”, destacó la médica, para quien es “vital” conocer sus valores “para tomar la decisión de esperar o no”.

“Esperar hasta los 37 es bastante porque es después de esa edad que el potencial reproductivo de los óvulos disminuye”, subrayó la profesional, para quien “la edad ideal para que las pacientes hagan una consulta de fertilidad es de los 30 a 35″.

Así es que si, por ejemplo, una mujer acaba de dejar el método anticonceptivo que utilizaba, lo primero que se le aconseja es que intente quedar embarazada por sus propios medios. Al cabo de unos meses, si el resultado no fue el esperado, “se la puede ayudar con inseminaciones (hasta cuatro ciclos) y recién ahí se recurre a inseminación in vitro”, detalló Blanco, quien destacó que esa técnica en la actualidad es además de terapéutica un método de diagnóstico “porque permite extraer el óvulo, clasificarlo y determinar si es de buena calidad”.

“Las parejas deben acercarse y consultar con el ginecólogo. Más vale una consulta a tiempo para asesorarse responsablemente, inclusive para echar por tierra determinados mitos, dado que hay mucha desinformación acerca de la salud reproductiva”, explicó Liliana Blanco.

Números para tener en cuenta

“Del total de pacientes que nos consultan, sólo el 20% requiere de tratamientos complejos, mientras que el 80% soluciona su problema de manera muy sencilla y no invasiva. Lo importante es realizar un correcto diagnóstico de cada uno de los diferentes factores que influyen en la fertilidad y adaptar los tratamientos a los resultados que van surgiendo. Si lo que está sucediendo es la aparición de algún germen, se resuelve con un simple tratamiento antibiótico, por ejemplo. Hay distintos factores que influyen, pero muchos pueden tener una solución rápida, básica y económica”, agregó la especialista.



Respecto de la concepción, la doctora Blanco especificó: “La pareja debe saber que esto es un camino difícil. La fertilidad en el ser humano es muy ineficiente, aun en condiciones normales. La tasa de embarazo natural por ciclo es de un 25 por ciento. Cuando realizamos los tratamientos, ésta asciende al 30 por ciento. Sin embargo, es de suma importancia preparar al paciente, transmitirle cuáles son las posibilidades de éxito reales y anticiparle que muchas veces hay que repetir los tratamientos”.